El día de hoy hablaremos de un tema muy interesante que es la erótica del poder. Podemos definirla como el deseo, intensa atracción, inclusive la excitación que pueden provocar personas en situación de poder.

Por supuesto esta gama puede ser muy amplia, hay personas que lo consideran como un fetichismo, otras se dan cuenta de que les sucede únicamente con personas que consideran poderosas y superiores en su mismo ámbito laboral, otras pueden percibir ese poder de atracción en personas famosas o artistas, hay quienes este poder lo transmiten a través del dinero, a otras les excita el poder del conocimiento, de una persona con poder de intelecto.

La erótica del poder tiene un historial profundo que se vincula a la parte política, ya que se relaciona con algo imponente. No tendríamos más que pensar en Cleopatra, el César y a muchos otros a quienes se les asociaba con el erotismo, la sensualidad, la sexualidad, la lujuria. Podemos ver que los reyes y las reinas históricamente siempre estuvieron rodeados de personas derrochando pasión y deseo. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la historia nos muestra como estas personas eran conscientes de su influjo por poder, aunque no precisamente gozaran de belleza o se les considera ser realmente guapos, sino que literalmente lo que atraía era la famosa erótica del poder. Estas personas, en su mayoría, se caracterizaban por una vida poco ética, llena de abusos, inclusive hasta historias de violaciones, esto último resulta bastante curioso, ya que podían tener a sus pies a cualquiera; sin embargo, al parecer tomar algo por la fuerza también significa seguir demostrando su poder.

Con esta breve introducción os podéis dar cuenta de que hablar de erótica del poder puede ser un tema muy amplio, que muchas personas lo pueden utilizar de una manera negativa al saberse conocedores de lo que provocan o como influyen en la gente para abusar del estatus, jerarquía laboral, una posición social, etc.

La realidad es que el poder es un afrodisíaco, no solamente para quien lo posee, sino que es una herramienta de seducción para las personas a las que les atrae. La forma en la que funciona es que la mujer elegida por un hombre con poder (puede darse a la inversa) se siente importante y especial. Esto es porque se encuentra al lado de una persona que es poderosa, que es influyente y que a su vez podría haber elegido a cualquiera, pero la ha elegido a ella o a él según sea el caso. De esta manera, el elegido también se sentirá valioso y poderoso en cierta forma.

La erótica del poder se encuentra presente de forma indudable y es un motor fundamental de los juegos de dominación y sumisión. El BDSM con la dinámica de los juegos de rol posee la esencia de la erótica del poder de la parte sumisa hacia la dominante, pero también los y las dominantes emanan poder y control.

Recordemos que el erotismo se compone en gran parte de las fantasías y de cómo se proyecta, así como de la forma que otra persona lo interpreta. Por lo tanto, encontramos que la dinámica de poder es ambivalente. Por un lado, está la excitación que siente la persona poderosa al ejercer ese rol, ya sea en su vida cotidiana o en una dinámica de juego, por la otra parte tenemos el deseo, atracción e incluso excitación que produce en las otras personas que admiran al objeto de poder y esto se potencializa cuando el admirador que se considera una persona común y corriente de pronto es un objeto de sentirse visto y deseado por el poderoso(a).

Sabemos que la expresión del erotismo es completamente diversa, dependerá de la personalidad de cada quien, de sus gustos, de sus preferencias y a su vez resultará erótico o atractivo para otra persona en tanto coincidan. Evidentemente, existen personas que en su personalidad irradian un conjunto de características físicas, así como de comportamientos y rasgos de la personalidad, que resultan atractivas a una mayoría, pero con respecto a la erótica del poder, habrá a quien le despierte un deseo y una atracción en particular, mientras a otros les transmita sensaciones de prepotencia porque a su lado se sientan menos válidos.

El lenguaje erótico también juega un papel importante en la dinámica de poder. La forma clara y tajante en la manera de hablar, la inteligencia y el nivel de conocimientos que con seguridad pueda transmitir es una forma de poder, la mirada y los gestos forman parte también de un lenguaje erótico que puede resultar muy atractivo, pero también, para otros, demasiado imponente.

Finalmente, en las dinámicas de BDSM, la erótica del poder está limitada al tiempo de juego y a crear una personalidad alternativa, que bien llevada a cabo puede resultar sumamente divertida y hasta terapéutica para personas que necesitan reforzar ciertas áreas de la personalidad así como de la erótica y el placer.

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Besos,

Gret de Lou