¡Hola a todos los followers y muy feliz semana!
Hoy dedicaremos el Post a algo que forma parte de nuestras vidas de forma cotidiana y que, sin embargo, influye de forma importante en la sexualidad y por supuesto para muchas personas resulta de vital importancia en alguna fiesta o club liberal.

¿Os ha pasado que uno de los aspectos fundamentales que influye en sentirse a gusto en un local es la música?. Quizá os deja indiferentes, no obstante, conozco a muchas personas que tienen vetados algunos clubs por el tipo de música que se pone en los mismos, así que os invito a hacer como siempre un recorrido por la ciencia para entender cómo funciona nuestro cerebro.

La música tiene la capacidad de traer escenas a nuestra mente y provocar muchas sensaciones diversas. Desde producir unas ganas inmensas de brincar, saltar a tope, hacer deporte, subirnos al escenario a bailar y que todos nos miren (un shot de adrenalina), hasta generarnos deseo, sensualidad, seducción. Por supuesto, puede generar ganas de sexo o más bien todo lo contrario, como ganas de llorar por malos recuerdos, hasta un deseo incontenible de vomitar y salir corriendo… esto dependerá del género musical que no toleres.

En un sitio liberal se busca conseguir estimular diferentes cosas a través del oído, todo dependerá del lugar, la situación y el momento.

Cuando estudié musicoterapia me percaté que es verdad que diferentes ritmos, instrumentos, etc. van a estimular o relajar. Diferentes melodías causan a nivel cerebral diversos estímulos y sensaciones. Hay recomendaciones de música para cada situación del día, inclusive las más recomendadas para comer, estudiar, dormir, que te ayudarán a desempeñar mejor cada una de estas funciones. Sucede de la misma forma con el tema de la atracción y las sensaciones sexuales, porque, por muy increíble que parezca, la música logra emular las sensaciones de la sexualidad humana de forma muy eficaz.

Hay un estudio dirigido por Daniel Levitin, un neurocientifico, que además es músico y productor musical de la Universidad de Canadá Mc. Gill, concluye que escuchar la música adecuada para cada persona, es decir, su música favorita, provoca a nivel celular el mismo efecto que el placer sexual y las drogas. Esto se debe a que los receptores cerebrales de los opioides son los mismos que intervienen en el placer con respecto al sistema de recompensas, por lo tanto, en esta misma línea encontramos: el alcohol, la comida, la música, el sexo y las drogas. Todos estos en mayor o menor medida provocan el famoso subidón, que no es más que la liberación de estos opioides en el torrente sanguíneo, equivalente a las endorfinas, las endorfinas para que os deis una idea son un derivado de la morfina, solamente que segregadas por nuestro cuerpo de forma natural, también se segregan los neurotransmisores como la dopamina.

Algo que también resulta muy interesante en cuanto a los estudios que se han realizado es un experimento con naltrexona (sustancia utilizada para tratar la adicción a las drogas, así como el sobrepeso), se percataron que dicho medicamento provoca también anhedonia (es la incapacidad de sentir cualquier tipo de placer, incluido entonces el sexual y también el musical) debido a que este medicamento bloquea el 80% de los receptores de opioides.

Dicho todo esto, podemos percatarnos como no solamente cuestiones como la medicación va a influir en el placer, sino que si estamos expuestos constantemente a música que nos disgusta, que nos disminuye la sensación de placer y que empieza a originar molestia, esto actúa en todos los receptores cerebrales, por lo tanto, mala música es directamente proporcional a mal sexo o a bloquear la líbido.

Sin embargo, también existen fenómenos culturales que van a programarnos a nivel cerebral. A través de los tiempos, todo lo que vemos en la televisión, en el cine, inclusive en la pornografía, son escenas acompañadas de determinada música de fondo, en esas escenas eróticas que se quedan grabadas en nuestra mente, no solamente es la parte visual, sino la auditiva que queda almacenada en ciertas áreas cerebrales.

Nos queda clarísimo que no se puede complacer a todo mundo, pero el tipo de música de un local será directamente proporcional al tipo de gente que acude allí. Por ejemplo, si me encanta la música electrónica y me sangran los oídos al escuchar Reggaetón, en primer lugar me empiezo a poner de mal humor desde que llego al sitio, posteriormente no habrá forma de que pueda centrarme a intentar conversar con alguna persona, sabiendo que encontraré poca afinidad con alguien al que le guste ese tipo de música.

Muchas veces tenemos que ser pacientes porque lo que mejor funciona es la prueba de ensayo y error. Con respecto a la música, muchos locales ofrecen en diferentes días una amplia variedad, para todos los tipos de clientes que puedan tener. Algunos inclusive tienen DJ, noches especiales con música temática: retro, reggaetón, electrónica y tecno, música de moda, pop, etc. Habrá otros que siempre tienen el mismo tipo de música y que, además, no hacen más que ponerse una playlist que puede ser igual cada noche. También hay los que tienen su propia discoteca, y en el resto del local solamente tienen música ambiental, siendo estos últimos una maravillosa propuesta, debido a que durante la noche vamos pasando por diferentes momentos y procesos, todas las personas lo van viviendo a destiempo. No es lo mismo que si nos encontráramos en una fiesta privada, mientras algunos acaban de llegar y quieren tomar una copa en la barra, con música que les permita conversar, que a la vez sea agradable y que quizá después te incite a bailar un poco o a pasar al área de juego, por supuesto en dicha área no habría forma de desconectar nuestro lado cerebral racional y llegar a conectar con nuestro lado instintivo y primal con cierto tipo de música, por lo tanto, en el ideal el área de la discoteca debiera encontrarse más aislada para no mezclarse con el de las otras zonas. Por supuesto que de ser un local pequeño no existirán estas posibilidades.

Regresando a la importancia de enfocarnos a la forma de ser y lo que nos gusta de manera individual, es posible entonces que llamemos al club o escribamos al área de relaciones públicas para que nos cuenten acerca de la música que se pone en el local. Si sois parejas que gustan bastante de ir a bailar, y lo que despierta vuestro lado erótico y exhibicionista es lucirse con la música (determinado tipo de música) debéis investigar a fondo esta parte, lamentablemente muchas veces los locales tampoco proporcionan información real acerca de esto, por lo tanto, no nos quedará más que ir a probar.

Sentir esa música que hace conectar con el lado primal y sensual puede ser muy relevante, para muchas personas la música es como una droga y es un factor fundamental para sentirse bien, el baile sensual es lo que puede hacerles conectar, exhibirse y coquetear. Así que, si te consideras una de esas personas para ti la música será un elemento esencial.

Y para ti, ¿Qué tan importante es la música?

Os leo.

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Besos

Gret de Lou