Soy una sexóloga de la corriente Sex Positive y promuevo que toda la sexualidad pueda ser englobada en este campo. Y tú, ¿vives una sexualidad positiva? 

Sabemos que la sexualidad forma parte integral del ser humano, tanto de su salud como de sus experiencias, sin embargo, a lo largo del tiempo, la sexualidad ha estado subyugada por el estigma, el juicio y la vergüenza que, como podemos ver, son todos calificativos negativos. 

Cuando se le da una connotación negativa al sexo puede caerse en la abstinencia, de hecho en eso se encuentran basados muchos programas de educación sexual en las escuelas: la educación por medio del miedo. Esta parte negativa del sexo viene también dada por una connotación moral por parte de la religión. También por otra parte está el tema de la medicalización, por la que el sexo se ve solamente con fines reproductivos.

El movimiento sex positive promueve una visión de la sexualidad abierta, libre, respetuosa y que anima a la experimentación basándose en el sexo seguro y en el consentimiento. Esto incluye todos los temas de la sexualidad humana, la salud y el bienestar y por supuesto el placer, que deben de ser vistos sin estigma, sin vergüenza y sin prejuicios. Aquí se encuentran incluidas la identidad de género, la orientación, la educación sexual, el nudismo, los distintos tipos de relaciones, el positivismo acerca de la diversidad de cuerpos, el sexo seguro y temas de equidad en cuanto a la reproducción.

Los profesionales de la sexología que promovemos este tipo de movimiento no juzgamos las prácticas de los demás, al contrario, en este movimiento celebramos y apoyamos que cada uno pueda buscar el placer de forma libre y siguiendo sus propias preferencias, superando lo que se considera la norma social pero nunca pasando por encima del consentimiento de otros, además de hacerlo siempre de una forma segura. 

La sexualidad es una forma de conocernos y de expresarnos, si alguien nos impone una forma de orientación, de gustos, o nuestros deseos son reprimidos estaremos limitando una parte de nosotros mismos, que influirá en todos los aspectos de nuestra vida.

Todas las experiencias, mejores o peores, individuales o acompañadas, son importantes porque nos aportan y contribuyen a nuestro autoconocimiento.

Debemos comprender que cada persona tiene sus gustos, sus intereses e inquietudes, que pueden ser tan diversos como personas hay en el mundo, por lo que se trata de tener criterio y decidir, probar lo que apetezca, cuando apetezca y de disfrutar con aquello que a cada uno le aporta. Sin embargo no se trata solamente de responder a deseos corporales y carnales, sino que hay que utilizar el intelecto. Hacer de todo no es para todos, eso no nos hará más abiertos, más modernos, sino que se trata de conocer realmente lo que va a contribuir a nuestro deseo y nuestra erótica. 

Otra de las premisas de esta corriente es el respeto, comenzando por el respeto a nosotros mismos, pero también las preferencias sexuales de los otros, sin hacer valoraciones morales ni intentar controlarlas ni coaccionar a nadie, el requisito para que el sexo se considere sano es que sea consensuado siempre.

Resulta fundamental el no permitir que se meta miedo ante las diferentes prácticas del sexo, que no se catalogue de malo, sucio o pecaminoso. Dejar a un lado sentimientos de culpa o de vergüenza, para que cada uno pueda expresar su sexualidad de forma abierta sin importar el género, la edad, o la condición física, con lo cual le permitirá sentirse cómodo con su sexualidad individual y con la sexualidad en general. 

El medio para lograr este fin es la educación sexual, por ello en Afrodix nuestra área de especialidad es el asesoramiento sexológico y talleres para apoyar esta filosofía con las decisiones del individuo de manera segura y consensuada para sí mismos y para con los demás.

Finalmente mencionaré algunos ejemplos de una sexualidad positiva: 

• Poder explorar tus fantasías
• Disfrutar de las sensaciones que te proporciona tu cuerpo descubriendo nuevas rutas de placer.
• Poder comunicar a tu pareja, compañero o compañeros sexuales tus deseos y necesidades.
• Priorizar una salud sexual en las relaciones.
• Promover un desarrollo positivo de la relación con nuestro propio cuerpo y nuestra imagen
• Establecer límites saludables contigo mismo y con otros.
• Abogar por tu propia salud sexual, mediante el sexo seguro en las prácticas que lo ameriten.
• Abordar y buscar apoyo en profesionales cuando consideres que tienes patrones nocivos para la salud, así como conductas compulsivas o impulsivas.
• Aceptar los comportamientos sexuales consensuados de las demás personas sin juzgarles.
• Promover leyes de apoyo, políticas, normas que garantizan la libertad sexual consensuada más que las restricciones o represiones insanas.
• Apoyar la educación sexual en las escuelas, basada en educación afectivo-sexual, así como una sexualidad positiva.

La forma en la que hoy en día este movimiento se da conocer es gracias a Internet y las redes sociales, sin embargo las personas se encuentran aún muy limitadas para elegir diferentes caminos sobre su sexualidad. Acudir a un educador, o sexólogo que forme parte de la ideología de dicho movimiento ayuda mucho a reafirmarse y disfrutar de la sexualidad, sin embargo en el mismo mundo de la sexología abundan profesionales que apoyan solo lo que a su juicio les parece correcto. Busca organizaciones y asociaciones que apoyen grupos de minorías, que celebren la salud sexual y que valoren la importancia de la misma como parte de la experiencia humana.