Sexualidad después del nacimiento de los hijos
La Historia comienza así… Un buen día nace el primer bebé y, aunque nos han dicho que es difícil criar a los niños y que nuestro cuerpo va a cambiar, suponemos que pronto todo volverá a ser como antes. Sin embargo, la mayor sorpresa llega cuando el deseo sexual no aparece como estábamos acostumbradas, nos sentimos culpables con nuestras parejas cuando incluso el médico nos ha dado el permiso para reanudar las relaciones sexuales, para alegría del varón que, con cara de satisfacción, nos guiña el ojo susurrándonos al oído: «Ya no tienes excusas, esta noche toca». La mujer mira con cara de terror al obstetra por haber otorgado el permiso cuando ella no tiene ni las más mínimas ganas e intención de reanudar la sexualidad, pero ¿por qué pasa esto? Pues porque el cuerpo no responde, la libido está desplazada hacia los pechos, donde se desarrolla la actividad sexual constante, la lactancia, día y noche… ¡El agotamiento es total!.
Las sensaciones afectivas y corporales se tornan muy sensibles y la piel parece ser como un fino cristal que necesita ser tocado con extrema delicadeza, todos los sentidos se encuentran mucho más alerta, es como que se pierde la noción del tiempo, los días pueden tornarse muy largos, los ruidos pueden ser agobiantes, y es que la madre está fusionada con la sensaciones de su bebé.
El problema está en que, como mujeres, empezamos a navegar en el deseo del otro con el afán de complacer y también para ser queridas. Muchas mujeres en realidad lo hacen por obligación, porque toca y por el miedo por supuesto a que se vayan con otra. Existen casos, aunque pueda sonar extraño por aquí, en que la mujer prefiere a lo largo del tiempo que el hombre satisfaga sus necesidades por fuera puesto que a ellas no les apetece nada.
Aunado a eso sentimos que nos volvemos invisibles como mujeres, que hemos perdido nuestra identidad y nos hemos convertido en la mamá de… muchas mujeres dejan de sentirse sexys, atractivas, no se sienten cómodas con sus cuerpos.
Como padres, y como hombres pensáis: Y a mí ¿quién me sostiene? De pronto se sienten desbordados, abandonados, con una percepción de que han perdido a su pareja, a su cómplice y a su amante, con labores y responsabilidades nuevas que también les desbordan, y encima perdiendo el pilar de la sexualidad.
Muy poco se habla de la sexualidad desde el embarazo, y mucho menos después de que nace un bebé. Pareciera que la medicina va muy apegada a lo que se dice que es el ciclo de la vida: naces, creces, te reproduces y mueres… así de fácil y así de simple, como si la función de los seres humanos en esta tierra fuera venir a poblar el planeta y subsistir. Se sigue dejando de lado el placer como una de las funciones principales de la sexualidad y no necesariamente la reproducción.

Me encanta hablar de este tema puesto que esta es la razón por la que me convertí en Sexóloga. Anteriormente, durante 16 años, me dediqué a ser educadora perinatal y atender partos humanizados, sin embargo me especialicé en el posparto, puesto que era una parte que nadie contaba a los padres, que nadie les asesoraba con el después aunado a todo esto era el momento en el que comenzaban los problemas de pareja tanto por desacuerdos como porque nadie les hablaba de la sexualidad. Me convertí en una de las únicas educadoras perinatales que dedicaba varias sesiones a hablar de cómo poder restablecer la pareja y a prevenir todo lo que sexualmente podía pasar en el futuro así como la forma de volver a conectar.
Para mí, resulta fundamental ofrecer las herramientas para restablecer los roles, la comunicación, la dinámica familiar y el secreto para reencontrarse como pareja y reanudar la sexualidad en el puerperio, siendo un periodo crucial en la pareja, que muchas veces va funcionando bien y de pronto sentimos que todo ha cambiado después de la llegada del bebé. Siguiendo las pautas adecuadas se puede llegar a tener una vida en pareja y una sexualidad incluso mucho mejor que la que llevabais antes.
Puerperio:
Etapa de recuperación después del parto o cesárea, en el cual el organismo materno regresa al estado normal que tenía antes del embarazo. Hay una involución de los órganos maternos a su estado anterior, además de recuperar el ciclo menstrual ovulatorio. Este periodo es al que se conoce inclusive como cuarentena, puesto que los cambios de recuperación más significativos se dan durante los primeros 40 días. Sin embargo, la realidad es que físicamente un cuerpo se recupera en su totalidad después de un año si la mujer ha tenido un parto vaginal, y después de dos años si ha tenido una cesárea. La realidad es que no podemos esperar que un cuerpo que estuvo cambiando a lo largo de nueve meses, que adaptó toda su anatomía, el suelo pélvico y por supuesto toda una serie de cambios a nivel psicológico, se recuperen por completo después de 40 días.
Toda la fisiología materna requiere de una readaptación al igual que los aspectos psicológicos, emocionales, familiares y de pareja los que se involucran en este proceso de adaptación.
No obstante, a mí me gusta más hablar de la siguiente definición que siento que se adapta mejor a la realidad:
«Período transitado entre el nacimiento del bebé y los dos primeros años, aunque emocionalmente hay una progresión evidente entre el caos de los primeros días y la capacidad de salir al mundo con un bebé a cuestas». Porque vamos a ser francos, nadie nos dice que comenzamos a recuperar nuestra vida hasta que el bebé haya cumplido unos dos años.
La parte fisiológica conlleva algo muy importante en nuestra recuperación mental, y eso significa acostumbrarnos como mujeres a no ser las mismas de antes, y también por supuesto a cómo nos miran las parejas. Estamos acostumbrados a vivir en una sociedad bastante exigente en todos los aspectos, y a no respetarnos y darnos los tiempos adecuados para cada etapa. No voy a hablar de aspectos de crianza profundamente en este artículo, sin embargo no se puede dejar de lado, puesto que existe una fusión emocional mamá bebé durante los primeros dos años de vida. En realidad, un bebé humano necesitaría permanecer en el útero de su madre mucho más tiempo, pero no cabría para salir, es por ello que los bebés necesitan estar apegados a la madre hasta alrededor de los dos años en lo que la madurez cerebral de la criatura le permite integrar que es un ente separado de su madre. Sé que es un periodo complicado y que nos puede costar como pareja adaptarnos a todo ello.
El problema fundamental es la desinformación, que nadie nos cuenta todo lo que va a pasar en esa etapa y no nos sentimos preparados, simplemente como decía al inicio del post, estamos esperando a que todo vuelva a ser como antes, y por supuesto que no lo es, además de que nuestra vida cambia por completo alrededor, la relación con nuestra pareja y las actividades del día día son completamente agotadoras.
Pues ya os he contado la parte trágica de la historia, por supuesto gran parte de quienes estáis por aquí sé que han sido padres, algunos tendréis hijos pequeños, otros ya mayores, algunos recordaréis esa historia a la distancia, otros más cercana, y desearía que este artículo llegue a quienes estáis pasando por esta etapa. Pero la verdad es que el entrar a este mundillo muchas veces es para reavivar la sexualidad después de esta etapa, algunos habéis sido Swingers / Liberales desde antes y habéis hecho una pausa durante la etapa de maternidad y paternidad, otros lamentablemente estáis aquí por qué no supieron llegar a acuerdos con vuestras parejas, no encontraron ayuda adecuada y se encuentran aquí engañando a sus parejas mientras éstas se quedan cuidando a vuestros hijos en casa.
Así que la historia continuará la próxima semana, no os la perdáis por qué el posparto nos trae muchos aspectos positivos a la sexualidad y es una nueva oportunidad de crecimiento como parejas y también para reavivar la llama del amor así como de la pasión.
Hasta la próxima lectura del blog…
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Besos
Gret de Lou
