Historia del 24/7
¡Buenos días queridos followers!
Hace un año, publique un post explicando en detalle el significado del 24/7 en BDSM. También os he hablado de sus pros y sus contras, así que si tenéis curiosidad, podéis volver a leer este interesante artículo.
Sin embargo, el día de hoy hablaremos un poco más de la historia. Primero, y antes que nada, deciros que el 24 de julio, y aunque suele relacionarse a la alusión de las relaciones de personas que llevan como forma de vida estos juegos de dominación, se aprovecha para celebrar el día internacional del BDSM.
Dicha celebración surge en el año 2003. Aunque se ha expandido a todo el mundo, su origen está en Barcelona. Durante una reunión en el famoso club Rosas 5 acordaron que sería justo tener un día señalado para celebrar «El día del BDSM». Como os podéis imaginar, eligieron un día con significado por la nomenclatura 24/7.
De esta forma se celebró por primera vez, en dicho club, esta fiesta, en la que el recinto permaneció abierto durante 24 horas, entre las cuales asistieron importantes personalidades de esta subcultura, se llevaron a cabo actuaciones, juegos y puestas en escena.
Didak, Kurt y Amarilys, fueron los creadores de esta celebración. No obstante, después de celebrarlo en Barcelona, por primera vez, también se dieron a la tarea de la divulgación, esto, con la finalidad de que en otros países pudieran añadirse cada vez más personas que lo sigan celebrando año tras año.
Hoy en día le damos un componente y un significado festivo, pero también es un día para reivindicar nuestros derechos de libertad para ejercer nuestra sexualidad como mejor nos parezca, respetando al prójimo y siempre bajo la premisa de SSC (sano, seguro y consensuado).
Historia del BDSM
A continuación haremos una breve revisión histórica de los orígenes del BDSM. Sus representaciones y muestras son múltiples y variadas, se encuentra presente en todas partes, en diferentes culturas, mucho más de lo que nos imaginamos, tanto mitológicas como en registros artísticos y eróticos. También encontraremos imágenes de flagelación o algún tipo de bondage en imágenes religiosas; sin embargo, no podemos considerarlo completamente BDSM, ya que uno de los principios del mismo es el erotismo y el placer y en algunos de estos registros no se puede asegurar el disfrute de los participantes o si quizá era utilizado como rito de iniciación o de castigo.
Anne Naomis, en su libro: «The History & Arts of the Dominatrix» Habla de los rituales de adoración de la Diosa Inanna, asociada al planeta Venus y que se la identifica con la diosa griega Afrodita, ella representa la principal deidad femenina de la religión, siendo la diosa de la pasión, la fertilidad y la guerra.
Así pues, se encuentra representada en tabletas cuneiformes de Mesopotamia, ya que la diosa adoraba su propia vagina, pero al mismo tiempo obligaba a los hombres a rendirle sumisión. Hacía que sus súbditos hicieran danzas para ella al tiempo que les azotaba, dichos azotes les provocaban una máxima excitación sexual, ayudándoles a entrar en una especie de trance, de tal forma que la adoración se convertía en ritual. Existe un himno sobre Inanna que menciona los trances alterados de conciencia dentro de los rituales, mientras se sumergían en el dolor y el éxtasis.
Otro ejemplo de la relación entre el erotismo y la agresividad es en los circos romanos. Era bien sabido que a la salida de los juegos el negocio de la prostitución se encontraba en su apogeo, ya que el público salía enardecido y encendido por haber presenciado un espectáculo violento, por lo que aprovechaban las prostitutas de colocarse a la salida del anfiteatro romano.
Los orígenes del sadomasoquismo son bien conocidos desde el siglo XVIII con el Marqués de Sade (1740-1814). El escritor y aristócrata francés, conocido por su estilo de vida desenfrenado al igual que su sexualidad y sobre todo por sus provocadoras novelas eróticas sadistas. Sin embargo, hasta 100 años después encontramos también la obra literaria que da origen al masoquismo gracias a Sacher Masoch (1836-1895) y su obra «La Venus de las Pieles».
Se habla de sadomasoquismo como una perversión sexual en 1886 en la obra de Richard Kraft-Ebing Psychopathia Sexualis.
Sin embargo, los orígenes del BDSM, como se le conoce ahora, comienzan en Estados Unidos alrededor de los años 40, con la nueva cultura del motociclismo y lo que conocemos como «La Era del cuero», utilizándose esta prenda como protección para los motociclistas.
Hay una gran progresividad posterior a la Segunda Guerra Mundial, ya que algunos veteranos gays se quedan en la costa oeste y se unen a los motociclistas, experimentando una sexualidad más pervertida y que se extiende al resto de Estados Unidos y Europa, la extensión de la cultura europea fetichista se da en las décadas de 1900.
Es importante notar la gran influencia que tuvo la Segunda Guerra Mundial en el BDSM, podemos observarlo en la forma de vestir, en las gorras militares e instrumentos que usan como parte del Atrezzo siendo copia de las utilizadas en dicha guerra, el vestuario de las Misstress es bastante semejante a la de los militares de alto rango.
La disciplina y las normas comienzan a volverse parte de esta subcultura con todo y sus formalismos y rituales militares.
Otro acontecimiento de suma importancia que añadió valor al BDSM, fue la era de la depresión por el VIH. Los sentimientos que imperan hacia la sexualidad son de furia, confusión y terror, debido al alto número de contagios, muertes, discriminación y la falta de conocimiento. Comienzan a implementarse barreras de contacto, pero recordemos que en sus inicios, se creía que el sida podía contagiarse inclusive por tocar a las personas o estar cerca. Debido a ello, la nueva forma de diversión y la escapatoria a tanta negatividad y miedo empieza a ser el BDSM.
Los condones, las barreras de protección dentales plásticas, el látex como una segunda piel se erotizan y se convierten en la nueva diversión. Los instrumentos, las fustas y la sexualización de objetos que antiguamente tenían un límite, ahora las ataduras así como los artilugios se convierten en curativos, ya que el BDSM ayuda a la gente a canalizar todas esas ansiedades y sobrellevarlas, a pensar diferente y disfrutar la sexualidad más allá de la penetración; lo que hace del BDSM un disfrute que no se centra en los genitales, ni en el coito, sino a descubrir otras rutas de placer mediante el juego, la dominación y la sumisión, para que mediante los trances alterados de conciencia liberar esa ansiedad y llegar al disfrute.
En 1969 se crea el término BDSM para diferenciarlo de otras subculturas; sin embargo, hasta 1991 aparece por primera vez con este nombre en un foro de noticias por Internet, este acrónimo se creó para diferenciarlo del sadomasoquismo que gozaba de mala reputación así como otras prácticas por separado. Por lo que al unificar las siglas BD/SM comienza un desarrollo vertiginoso y una globalización.
Llegamos a la actualidad en una definición como: «El uso conocido de la dominación y la sumisión psicológica y/o dolor y o las prácticas relacionadas de una forma segura, legal y consensuada con el fin de que los participantes experimenten placer erótico y/o crecimiento personal» ( Jay Wiserman, 1996, p.41).
Aunque el BDSM se define como una subcultura, no deja de ser un juego, un juego en el que se implica mucho placer erótico, diversión, un importante trabajo y desarrollo mental y psicológico, pero al fin y al cabo un juego con normas, protocolos particulares que deben de ser negociados y consensuadas cada una de sus prácticas, lo cual lo hace sano, seguro y consensuado.
Resulta de vital importancia que dichas prácticas se hagan con total responsabilidad y formación guiada por un profesional, ya que si algo nos permite la historia es aprender de lo bueno y de los errores y la mala fama del BDSM, para prevenir de malas prácticas o errores por falta de conocimiento.
Finalmente, os comparto el texto que nos ha dejado Kurt, mismo que se tradujo al inglés y al alemán:
«El día del BDSM cualquiera puede celebrarlo donde quiera o donde esté, con quien desee o de la forma más placentera que considere. Ese día es solo como una pequeña fiesta que nos damos los amantes del BDSM. Quizá con el tiempo y la distancia sepamos que otros como nosotros mismos, también están en algún lugar celebrando algo tan íntimo y personal como es el BDSM. Por mi parte no es más que eso. Mi única pretensión es que ese día todas y cada una de las personas afines al BDSM podamos esbozar una sonrisa y tener una sesión con la complicidad de que en muchas partes del mundo otras personas de cualquier nacionalidad también estarán celebrándolo. Si se consigue esa sonrisa y esa pequeña fiesta en nuestro interior yo me doy por satisfecho»
¡Feliz 24/7!
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Besos y hasta la próxima.
Gret de Lou